Fracaso del billetaje electrónico ¿A causa de las reventas?
El sábado 7 de noviembre, en varios lugares del departamento Central, se pusieron puntos de ventas para poder adquirir la nueva tarjeta electrónica, que hace que los ciudadanos puedan moverse con mayor comodidad sin la necesidad de usar dinero en efectivo. Tras varias horas de espera y centenares de personas aglomeradas intentando adquirir uno de los dos billetes electrónicos (“Jaha” y “MÁS”), se dio a conocer que dichos pases ya estaban agotados, el Viceministerio de Transporte decidió lanzar un comunicado, indicando que se volvería al pago mixto de los pasajes.
Según las autoridades, la falla en algunas tarjetas se debió a la reventa de las mismas en sectores no habilitados y al mismo tiempo indicaron que hasta el próximo 31 de diciembre, seguirá en vigencia el pago mixto de pasajes.
Las quejas de los ciudadanos no se hicieron esperar, ya que el sistema del Billetaje electrónico (como ya es común en el país), presentaba varias falencias, desde la carga de saldos, el poco conocimiento de los conductores sobre el uso de los aparatos, la falta de tarjetas para la ciudadanía, así como el fallo en el sistema de las máquinas.
Más allá de las reventas y la poca preocupación ciudadana para conseguir a tiempo la tarjeta con el que se empezaría a viajar desde el 23 de octubre, las empresas encargadas en facilitar la fabricación, el sistema de cobro, así como la cantidad de billetes electrónicos, al parecer no dimensionó correctamente la cantidad de ciudadanos que usan el transporte público, ya que no se tuvo en cuenta a varios sectores de la sociedad que también se desplaza por medio de los buses.
Por otra parte, Laura Amarilla, representante de marketing de la empresa TDP, encargada de la distribución de la tarjeta “MÁS”, anunció que tienen identificados más de 100.000 plásticos que no están siendo utilizados por ningún ciudadano y que probablemente se encuentran en manos de “revendedores”, los mismos serán bloqueados para posteriormente ser reimpresos y redistribuidos desde la firma encargada de su creación.
La triste realidad es que el país no puede dar un paso adelante, sin retroceder varias casillas atrás. Este tipo de hechos se vivenciaron durante la cuarentena total con el pago de los subsidios, así como la implementación de otros “avances”, que quedaron obsoletos por la poca predisposición ciudadana, así como la precariedad que presentan las instituciones del Estado en sus propuestas.